Género periodísticos
Además de alimentar y mejorar la información para que los lectores la
comprendan, el editor también debe definir qué es noticia y qué no. Y qué se debe escribir
como crónica y qué como reportaje. Con su guía, el periodista debe preguntarse cuál es la
mejor forma para que el lector se entere de algo y, según el caso, debe escoger el género
periodístico más apropiado, o, en otros términos, la indumentaria con que saldrá vestida la
información. Un vestido que no se elige por capricho sino según el grado en que el
periodista está involucrado con la noticia.
Los lectores cada vez exigen más presencia del periodista, más interpretación,
porque quieren encontrar en el periódico información adicional que complemente lo que
ya vieron por televisión, escucharon por radio o averiguaron por internet.
De acuerdo con Grijelmo, en la noticia la voz del periodista está al margen del texto.La
noticia es un hecho que se cuenta de manera distante, fría. Es información que acaba de
ocurrir.
En la crónica el periodista se involucra un poco más, de manera que la información
tendrá un carácter más humano. Requiere de un estilo diferente a la noticia, no se trata
sólo de un hecho de última hora; necesita mayor extensión en caracteres, con más datos
enmarcados en el tiempo, con antecedentes y con posibles consecuencias. Permite
elementos narrativos, descriptivos y otras licencias literarias.
En el reportaje la presencia del periodista es todavía mayor. Se diferencia de la
crónica en que el hecho no acaba de ocurrir, no es necesariamente algo del día anterior.
Demanda mayor número de fuentes y elementos descriptivos más personales. Un
reportaje se puede elaborar cuando se trata de algo que sucedió hace semanas o meses,
y que ahora tiene elementos nuevos, que causan impacto.
Ejemplo: CRONICA
Mujer
luchadora
Por
Yesenia Garcia
Todos
los días al despertar se enfrentaban con
la realidad una vez más, de lidiar y
luchar con la vejez de Placidia Monsalvo una señora de 103 años de edad que a lo
largo de su vida vio lo duro que es esta.
Placidia hace 30 años se encontraba en su casa
en el barrio “la postobón” (ciudad de Santa
Marta) ella estaba almorzando y por
cosas de la vida dos de sus hijas, la hicieron coger rabia, una rabia tan
fuerte que jamás pensaron en unas consecuencias. Ella se acostó a dormir en su cama, y luego
de unos minutos empezó a votar mucha saliva, nadie sabía la razón por la cual
pasaba eso, las hijas desesperadas la llevaron de urgencias y rato mas tarde de
estar en la clínica se enteran amigos y familiares que Placidia había sufrido
de una trombosis y había quedado ciega por la rabia que cogió mientras almorzaba.
Nadie
creía lo que había sucedido Placidia solo tenía oscuridad en sus ojos y ahora solo tocaba lamentarse de lo ocurrido. Esta
señora con 8 hijos una mujer que en la juventud y que como madre, lucho contra
la pobreza y los malos ratos por lo que toda persona pasa, la vida le pago muy
duro llevándose la vista y dejándola postrada en una cama al cuidado de sus
hijos volviéndose así terca con ganas de levantarse, salir y caminar sin ningún problema como solía
hacerlo, pero su situación se lo impedía. Muchas veces al intentar levantarse
sin ayuda alguna Placidia se caía y solía golpear siempre su ojo derecho, y así muchas otras veces intento levantarse y
caminar pero no pudo.
Placidia
después de tanto tiempo hasta hace cuatro
años solía cantar canciones como la gallina, el maíz, la canción de los caminos
de la vida, le gustaba hablar de su familia e incluso llamar a su madre o a su
padre y hablarle como si estuvieran frente a ella. Cogía suavemente las manos
de quien se le acercara y darle muchos besos y acariciar su brazo y preguntar ¿quién
es eres? Y aun acariciando decía lo linda o lo lindo que era.
Siguió
pasando el tiempo, y aparecían nuevas enfermedades por las que le toco pasar y malas situaciones económicas, pocos
alimentos y cansancio en las personas que lidian con ella.
Es difícil saber lo duro que es lidiar con alguien de tanta edad, pues lo que sí sabemos es que con tantos años estos viejitos vuelven a ser niños, en donde los tienen que bañar, cambiarlos, darles la comida, hasta pañales tienen que utilizar e incluso lloran si se sienten solos.
Es difícil saber lo duro que es lidiar con alguien de tanta edad, pues lo que sí sabemos es que con tantos años estos viejitos vuelven a ser niños, en donde los tienen que bañar, cambiarlos, darles la comida, hasta pañales tienen que utilizar e incluso lloran si se sienten solos.
Desde
entonces cada 5 de abril, se unía esa
gran familia de hijos, nietos, bisnietos y hasta tataranietos para celebrar su
cumpleaños, en donde ella solo sabe que está sentada, sin saber que ocurre a su
alrededor, porque ya casi no podía, oír pero a pesar de todo, pudo sentir con sus
manos esa piel suave de nietos, bisnietos y tataranietos que en algún momento
la hicieron sentir muy bien. Y cada año sus familiares se sentían privilegiados por tener una abuela de tanta
edad, y se asombran de lo fuerte que fue.
Lastimosamente
el 17 de
noviembre del 2014, falleció Placidia Monsalvo, una mujer que para muchos fue
una guerrera, y que tuvo la dicha de ser madre, abuela, bisabuela y tatarabuela
y que llego a los 104 años. Esta mujer hizo que cada 5 de abril se
reuniera parte de la familia a celebrar una vez más su cumpleaños, una señora
que a pesar de no ver la luz del día, podía sentir las manos de sus familiares,
besarles, acariciarlas, y decir "mijita o mijito que lindo estas"...
Hoy le dan el adiós con la tristeza de que no la veremos más, pero con una
alegría en el corazón, por haber durado tantos años a lado de una gran familia,
gracias al rey de reyes y señor de señores por permitirle tanto tiempo de vida.
Yesenia García
Fabiana Mejía
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